CANTINFLAS BATURRO Y CANTINFLAS Y EL CIRCO DE LOS MACHOTES

CANTINFLAS BATURRO (MÉXICO, 1948)

Rodada en la isla de Madagascar con actores filipinos, forma parte de
la colaboración entre Cantinflas y Buñuel, en la etapa mexicana de
éste último; recién finalizada la película “Simón del Desierto” y
recordando los tambores de su Calanda natal, propone al azteca el
plasmar en un filme la obra “Nobleza Baturra” rodada antes de la
Guerra Civil Española. Cantinflas visionó la película henchido en
laúdano y mareado como un tiovivo, sacándole ideas divergentes del
original pero que apasionaron tanto a Buñuel como para escupirle a su
paso.

Cantinflas representa a un mañico honrado con una sola ceja,
maloliente y perseverante en meterse la mano dentro del paquete, éste
tiene como hermano siamés unido por la espalda a Caterino (Helmut
Kohl) que babándose no para de declarar que de su ano sale un ritmo
vudú (¡y por Belcebú que es así, en efecto!). Este odioso monstruoso
traiciona el amor fraternal deseando bravamente galantear y maniatar a
la prometida de Cantinflas, la pacata encantadora y poco libídine,
Desesperación (Pitita Ridruejo), constantemente obsesionada con que la
persiguen simios trajeados y escuchando voces que le informa lo
escuálida que está y que sus extremidades son miembros de tribunales
penales –no deja de dialogar con ellos de lo divino y lo malvado, y
pedirles dinero suelto para coger un bus que sólo existe en su cabeza-.
Pero ese remanso de humillaciones e intentos de castración de la novia
de Cantinflas llegan a su fin cuando se declara la guerra. Cantinflas
es movilizado y prostituído, para ello le separan de su hermano a
hostias y le reservan a tirar de una carretilla que simula una
tanqueta coja empleando como combustible un poderoso purgante. Después
de 20 años de conflictos y sarpullidos, la piorrea de la paz se
declara. Asqueado de que sus almorranas estén hechas unos hombrecitos,
da la espalda a un búfalo de agua tibia y regresa a su pueblucho de
mierda buscando el emborracharse gratuitamente y el por fin desposarse
con Desesperación, de la cual no tiene idea desde hace 27 años.
Entrando en su hogar, victorioso y hortigado a lomos de un registrador
de la propiedad con tres jorobas, observa en lontananza a una
jovenzuela bastante sucia, que sentada al borde de un pozo sin fondo
se obsequia deleitosamente con los inverosímiles nutricios productos
que extrae de sus orificios nasales, cantando cumpleaños feliz.
Cantinflas se acerca a la moza, notándole un bigotillo familiar que le
provoca una leve naúsea y un desvanecimiento. Le toca una teta y
pregunta: “¿eres tú la hija del cura?”. La moza sorprendida por la
llegada de la luz eléctrica al pueblo y del susto al ver a semejante
infrahumano conjugando correctamente un verbo, se cae al pozo
insondable. Mientras planea hacia el inexistente fin de tamaña sima,
reconoce en Cantinflas a su verdadera madre gritándole: “¡Muerto de
Hambre!”.
Nuestro amigo descubre empalmado y comiendo una galleta rancia que su
simiesco siamés hermano se hubo arrejuntado con su novia de toda la
vida, haciéndole una hija y varios moratones de colores chillones y
pastel que combinaban con su combinación.
Cantinflas, sólo en medio de una acequia, elogia entre borbotones de
clarete el buen gusto en la decoración del establo en el que habita,
maquinando con el hemisferio izquierdo del cerebro en tomar venganza
contra el mundo, asesinando a todo el pueblo, sólo a los vecinos cuyos
primeros apellidos comiencen por las letras que van de A de anormal a
Ñ de catástrofe o ultimar a su felón hermano y ex prometida, o bien
obviar tales afrentas e irse a casas de alterne y sacarse una FP...
La película finaliza con una orgía de todos los protagonistas y un
brutal banquete a base del búfalo de agua tibia.

CANTINFLAS Y EL CIRCO DE LOS MACHOTES (SINGAPUR, 1969)

Delirio homosexual codirigido por Fassbinder y financiado por el Che
Guevara. El insigne artista “Perita en Dulce” participo activamente en
los diálogos, atrezzo y guión. Nace del primer intento de llevar a la
pantalla la obra “Querelle de Brest”, pero salió como salió. Sólo se
ha proyectado en el Festival de Cine Alternativo de San Francisco.

Cantinflas, desnaturalizado por el jaco y la farlopa se hace pasar por
cristo en el Concilio Vaticano II. Pronto le saca los dineros a
cardenales y obispos al enrollarse en alambre de espino para mostrar
su santidad y contar chistes de lepeños. Un maldito día conoce a
Magefesa (Jose Luis Rodríguez “El Puma”), el cual enfundado en un
traje hecho con latas de conserva se hace pasar por una divinidad
siderúrgica y acompañado por un burro muerto (Luis Aguilé) que habla a
través de las moscas que lo sobrevuelan, lanza su mensaje de redención
y mancillamiento, con más fuerza que un apretón en el bajo vientre
provocado por callos muy picantes y picaruelos.

Deciden irse a buscar nuevos acólitos, aburridos de la ropa interior
de antiguos familiares suyos, y deambulando como un adolescente un
sábado por la noche dan a para al Circo de los Machotes. Dan un golpe
de machete y se erigen conducatores del circo, siendo jefes de pista
de esta Sodoma ambulante, donde durante cuarenta minutos se exhibe el
espectáculo de estos miserables: el hombre forzudo que introduce su
brazo cueste lo que cueste, los payasos uranistas y sus caricias
festivas, el bigotudo domador domeñando a musculocas, los magos del
vicio solitario, los malabaristas de la porculización, los
contorsionistas del autoservicio, los trapecistas del chaperismo... Su
fuerza y liderazgo se ven en peligro en todo el mundo sarasa cuando se
han de enfrentar a los aborígenes de la Isla del doctor Rikiki; este
doctor (Felipe González), famoso genetista valenciano, modificó a su
mal gusto a los habitantes (bípedos y cuadrúpedos) de una isla de
Oceanía. Esclavizando gozosamente a su amante sarnoso Zumba (Rafaela
Carrá), un zulú al que pocos le hacen la cuadratura del círculo,
lidera a su tribu de alegres mutantes. ¿quién vencerá en este duelo de
gigantes?
Una de las escenas cúlmen que supuso criticas constructivas de cómo
encuadrar a unos salvajes y utiliza una voz en off ronca se ve en el
minuto 95 cuando Zumba y el burro muerto se prometen amor eterno a
arañazos, en unas posturas habilidosas que han sido penalizadas en
todos los Códigos Criminales del mundo