LOS SEMAFOROS, DICHA DE LUZBEL

Los semáforos, dicha de Luzbel
Con la proliferación insensata del tráfico de automóviles a motor en nuestro país, no solo ha aumentado el número de desgracias y se ha favorecido la entrada de la canalla extranjera con sus ideas paganas sino que se ha instaurado una increíble máquina de maldad y luciferismo absolutamente terrible como son los semáforos.
Cada vez que un peatón o conductor obedece a esos despreciables mecanismos el Niño Jesús se pone a cuatro patas ladrando lastimosamente teniendo que ser calmado por innumerables Santos y Vírgenes que sino fuera por ayudar a nuestro buen Dios estarían realizando muchos milagros (convertir a los socialistas en personas honradas, embelleciendo a feministas, etc…) o mandando enfermedades incurables a los herejes que niegan su existencia.
La idea del semáforo como auxiliador del cristiano en sus quehaceres ya partió de unas ideas propias de transnormales y de infrahumanos como fueron el acabar con muchos puestos de trabajo con el maquinismo (¡cuanta prostitución y universitarios hay por esta desgracia!) y lo más importante, el obligar bajo amenaza de infracción penal no canónica a obedecer lo que un trozo de acero con colorines mande. Ved la gran blasfemia, los creyentes sólo obedecemos a nuestro Dios y a la Guardia Civil creada para defensa de la FE.
No hace falta ser muy perspicaz para darse cuenta que los semáforos tienen forma de enhiesto y frondoso falo, con lo que hace que las choferesas se turben y mareen, haciendo trizas las buenas maneras en la conducción (una de las razones por las que las mujeres conducen como hipnotizadas), y que son mecanismos cuyos cimientos se adentran profundamente en la tierra llegando éstos hasta el propio infierno, donde el Maligno se encarga de darles vida mediante la electricidad, la perniciosa energía inventada por Satán y difundida por industriales sionistas.
Pero todos estos sumandos de la adición de la maldad se quedan en agua de borrajas cuando descubrimos el terrible código secreto de comunicación que tienen estas auténticas antenas de perdición que tanto deben a su proliferación a la organización más rastrera y podrida del mundo como es UNICEF.
La combinación de los distintos colores de los semáforos no son ni más ni menos que códigos subliminales de confusión e inversión del recto orden cristiano, ¿ o es que acaso inocentemente pensáis que se han escogido aleatoriamente ? nada más lejos de la realidad. El color rojo no indica sino la exacerbada pasión lasciva que convierte al chófer en una bestia lúbrica dispuesto a todo con tal de satisfacer su sexo (¡cuantas monjitas han sido zarandeadas y mancilladas por conductores sin escrúpulos!) siendo también el color del comunismo y la maldad, ya que al volante toda la violencia se manifiesta con insultos a la autoridad y a Dios - Padre. El verde supone taras y memeces tales como el ecologismo (fornicar con y como animales porque “es natural”), la pornografía, los alimentos precocinados (auténticas felonías a la virginidad de María) y la bandera de los musulmanes con sus blasfemas costumbres defecatorias ( eso de defecar sobre retratos de santos cristianos )y estéticas. Y finalmente el ámbar o amarillo, que no es sino sinónimo de ladinismo, ambigüedad sexual, malformaciones rectales, nudismo ante impúberes y algo tan feo como afeitar la cara de una madre inválida como es el budismo y el vegetarianismo homicida, inductor del teñimiento de cabellos y perforaciones en el cuerpo, sólo respetables si se hacen como penitencia por los pecados cometidos.
Pero no olvidemos el puyazo que se quiere dar con la introducción de las señales acústicas para los invidentes que unidas a los colorines provocan terroríficas actuaciones como las que tuvieron lugar en Valdanzo, provincia de Soria, donde una multitud de colegiales se lanzaron a un pozo negro y una familia extremeña se masturbó delante de un automovilista, que ofuscado por la guarrería atropelló a todo un paso de Semana Santa.
¡¡¡No obedezcáis a los semáforos ni a los socialistas!!! ¡¡¡Lanzáos con palos y piedras hacia los autos que les rindan maléfica pleitesía, si fallecéis iréis directos al Cielo!!! ¡¡¡Recordad que cuando una mujer se pone al volante, San Cristóbal se lava las manos!!!

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