Tuesday, January 31, 2006

PINTORES DE BROCHA GORDA, TÍTERES DE LUTERO

PINTORES DE BROCHA GORDA, TÍTERES DE LUTERO

Cuando hablamos del Pecado, casi siempre se nos vienen a la cabeza imágenes de grandes pecadores: Emilio Aragón, Pitita Ridruejo, Fernando Esteso, Rappel o Cantinflas, entre otros muchos condenados y lo asociamos a actividades lucrativas desordenadas: canción pop-rock, corsetería y lencería, decoración, teatro y sobre todo el dibujo y la pintura, pensando que los pintores famosos son los únicos autómatas del librepensamiento y el satanismo que utilizan la pintura para los fines del marxismo y del separatismo. ¡Craso y terrible error! ya que si estos “artistas” son más conocidos por llegar más fácilmente al populacho, labor similarmente maligna o superior es la que practican a nivel doméstico los Pintores de Brocha Gorda. Estos peleles hippies, con sus perpetuamente manchados cuerpos y almas, son requeridos cuando una poco prudente y cándida familia cristiana precisa su ayuda para embellecer soberbiamente su domicilio, olvidando que Cristo y los Santos vivían en chabolas o en cajas de cartón, sino al raso, riéndose de los que se teñían el pelo o se dejaban patillas.
Y es aquí cuando utilizando casi siempre el teléfono (otro invento maléfico y vegetarianista), los padres de familia marcan el 666 de su destino, abriéndole la puerta al pintor de brocha gorda, que es lo mismo que abrirle la puerta al diablo y las piernas a la esposa de este memo cristiano, poco temeroso de Dios. Cuando el pintor recibe la llamada para efectuar el trabajo, lanza carcajadas de felicidad, tienen una soberbia erección y su rostro se llena de pupas y granos al saber que pronto una famila cristiana entera colocará las imaginería de santos al revés y que quemará sus cruces mientras felan y descuartizan a sus vecinos más piadosos.
¿Os habéis preguntado porqué la pintura huele tan mal?, la respuesta es sencilla pero a la vez terrible. Hasta el siglo XIX, la pintura desprendía una fragancia parecida en parte a la que tenían los santos y vírgenes cuando se aparecían a los pastorcillos, incluso era utilizada como perfume y desodorante, vertiéndolo sobre la cabeza de los malolientes y apestados; pero con la llegada del Manifiesto Comunista en 1848, los pintores de brocha gorda se allanaron a lo que decía el capitulo LVI “De lo que Belcebú ordena al obrero” que ordenaba a los pintores esparcir pestes y sustancias alucinógenas en la pintura que después aplican en vuestras paredes y techos, con lo que os provocan enfermedades, os inducen a la lectura de libros censurados o narcotizan a vuestras esposas para acceder carnalmente con gran sevicia y efectividad siendo los paladines del nudismo y la transexualidad, al aprovechar esa situación y afeitar el cuerpo de la esposa, que viéndose cubierta de vello en lugares inverosímiles cae en profundas depresiones y en un desprecio generalizado a Dios, (¡cuantas mujeres, con tal pilosidad extrema, se arrojaron a trenes por esas artimañas del Maligno!).
Pero no sólo se circunscriben a esta torticera actividad, sino que aparte de echar esas fiebres y podredumbres en la pintura, estampan símbolos satánicos en las paredes que cubren después con aparentes lienzos purísimos que esconden la desdicha y la condenación de esa familia, familia que se verá martirizada por los mensajes subliminales que escriben en las paredes como los encontrados en un piso de Navalmoral de la Mata que decían tal que así: “Tu hija ya tiene sus pechitos…¡Abórdala!. ¡Recupera la inversión que has realizado en su manutención y educación antes que cualquier grunge la desflore!”, “Tu esposo es infiel con tu propio hijo” o de seguro el más horrible que pontificaba: “Abónate a Digital + “.
¡Alerta cristianos, si Lutero fue pintor antes que fraile, de casta le viene al hereje !

Difunda la Verdad - Mande Correos

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