Tuesday, January 31, 2006

LOS PREPARADOS PARA PAELLA

LOS PREPARADOS PARA PAELLA

Desde tiempos inmemoriales, Nuestro Señor Jesucristo ha sido objeto de burlas y desprecios por piaras de coprófagos que buscaban desorientar al cristiano con podridas alacenas repletas de lujo y frenesí, induciéndoles a la codicia y al deseo pasajero para mayor gloria del Diablo.
No contentos con difundir sus penosos quehaceres mediante artilugios tan horripilantes como In-ternet, la radio o los hornos microondas; se han propuesto asestar un capital y estratégico golpe a la pureza con el mayor insulto a Dios desde la herejía del mamarracho Lutero.
Si hermanos, nos enfrentamos al peor enemigo del Eterno:
los espantosos Preparados para Paella.
Bajo una apariencia inocua se esconde una seviciante antena propagadora de enfermedades mentales, trastornos gástricos y desasosiego moral. Nuestras esposas caen en la holgazanería y la indolencia, como hembras que son, gracias a las facilidades culinarias que les proporcionan estas demenciales bandejas, auténticos cadalsos de ejecución de las virtudes cristianas, convirtiéndose en galbaneras viboreznas mayores. Cada vez más amas de casa se rebelan (como Lucifuego se atrevió contra nuestro Señor) contra el Orden Moral, que en la Biblia se proclama:“cada uno lo que se merece y estopa al pecador”(Jueces 2-14).
La lujuriosa sucesión de ingredientes afrodisiacos hace perder la cabeza a las víctimas de tan diabólico plan que como besugos caen en las redes de la iniquidad y el caos: hombres que por cantidades irrisorias, casi simbólicas, se desnudan delante de otros varones, padres que mendigan delicias carnales de sus hijas, auténticos pedacitos de cielo que acceden a lo que sea después de engullir como posesas tales tristes “manjares”, amigos que se faltan al respeto mostrándose el ano y poniendo pingando a los que siguen la Ley Divina, obreros que abrazan el comunismo, el libre-pensamiento y el ateísmo narcotizados por esas lujuriosas fuentes que les prometen el absurdo de un mundo donde todos seamos iguales, es decir un mundo sin Dios, sin moral y donde la gente defeque por la calle como quien se atusa el pelo.
Detrás de cada guisante, mejillón, berberecho, pimiento, calamar, etc. se aloja la perdición de vuestra alma y la ruina para vuestro hogar.

DIFUNDA LA VERDAD-HAGA FOTOCOPIAS

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